lunes, agosto 15, 2005
¡lo agarre!
El sábado fui a una boda, mi novio me llevo y fue en el mesón de las quintas carolinas, hace casi un año que no me invitaban a una. A mi me gustan las bodas, me gusta mucho bailar con el Carlos, si que nos divertimos a pesar de la lluvia (y de mi vestido mojado), la misa fue maronita (no se de que estoy hablando, pero cada ves que oigo esa palabra me digo a mi misma “maromita” y me da risa) y en la fiesta hubo una maravillosa fuente de chocolate y meseros con luces de bengala. A todas las chicas les regalaron unas pantuflas nice por si se cansaban de bailar con sus elegantes tacones y yo trate de comerme lo que según yo era un dulcecito pero resulto ser un adorno y con toda la pena y discreción del mundo lo deje en la mesa, pero lo mas gracioso de todo fue cuando aventaron el ramo... Una señora me dijo; ¡andele, andele! Así que fui a eso del ramo que tanta pena me da, me agarraron de la mano y empezaron a correr bien rápido, tan rápido que mas bien parecía que estábamos jugando a la cola del diablo pero en tacones, ¡casi me mato! Por fin dejaron de correr, hicieron una bolita y me empujaron para atrás, estaba yo en la lelota cuando lo vi venir y ¡téngala! Cayo directo a mis manitas, vi que las mujeres a mi alrededor hicieron un ademán de querer atacarme, pero gracias a una fuerza divina se contuvieron (y que bueno porque no me hubiera gustado salir en “sopa de videos”). Pobre de mi novio, todo el mundo le gritaba ¡boda! ¡boda! Y el estaba todo rojito de la vergüenza, lo que si agradezco mucho es que no se les ocurrió eso de que la que agarro el ramo tiene que baliar con el que agarro la liga. Yo creo que en el semáforo este ramito tan bonito si se vende en unos $40.
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