Hace un buen de rato que se me antojaba una rica Hamburguesa de Burger King, así que el Miércoles por la noche mi noviecito y yo fuimos a cenar a dicho lugar. – Pero Carlos, son las 10 de la noche, ¿a que hora cierran?. – Creo que a las 11- , llegamos al que esta atrás de Soriana Mirador y nos asomamos al interior con tristeza, pues el lugar estaba cerrado, cuando regresábamos al carro con la cola entre las patas, salio a toda prisa un empleado, - pásenle, pásenle – Yupi!!!
Mientras decidíamos en la fila que pedir, nos dimos cuenta de la cara de perros apaleados que tenían todos los empleados, - un día duro eh – dijo el Carlos, aun así no faltaban los chistes locales (chido el ambiente). Pero en eso que va llegando una seora enfurecida pidiendo hablar con el gerente, llevaba en su mano un porta vasos de Burger king y grito que su hija casi se vomitaba porque ahí habían descubierto ... ¡¡una pata de cucaracha!! Se la mostró al gerente (quien por cierto se veía bastante nervioso e inexperto) y al pobre hombre se le ocurrió decir; es que yo nunca he visto una pata de cucaracha, uf! El pancho que hizo la seora ante semejante respuesta. Carlos y yo solo nos veíamos sin saber como reaccionar, a mi se me escapo un; ¡¡Ya no quiero hamburguesa!! Aun así nos comimos las hamburguesas, aun así sabían bien rico, aun así regresare a Burger King. Ojos que no ven corazón que no siente y yo jamás vi la mentada pata de cucaracha.
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