sábado, marzo 18, 2006
Réquiem for a shoe
Pos tuve que llegar corriendo a Futurama por una vaselina y… bueno, sin mas explicaciones, me bajo del carro corriendo y taconeando; tac, tac, tac y ahí voy… ¡mendigo piso resbaloso! (claro que sin tapas esta cañón, mi mama me dijo; ponle tapas a tus zapatos, ¡bah! Dije yo), ¡chin! Voy tarde y no hubo vaselina, pos amonos, ahí voy otra ves y de repente empiezo a caminar como el jorobado de Notre Dame, ¿a canijos pos que paso? Que me he quedado sin tacón, ahí esta la Marcela en el estacionamiento de Futurama como perro persiguiéndose la cola. Hago el recorrido otra vez sin despegar los pies del suelo y pensando que ya van como 5 pares de zapatos que terminan igual. Que vergüenza, la gente me ve raro, ¿Qué? ¿Apoco nunca han visto a una pobre mujer en busca de su tacón perdido? Al fin me doy cuenta que siempre estuvo en mi zapato, solo que doblado. Me regreso bien disimulada al carro y camino como si nada. ¿Qué perdí un tacón? Es cierto ¿Qué Perdí el estilo? ¡NUN… Bueno, creo que también.
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6 comentarios:
Conozco el dolor de perder un zapato...
pero es peor el dolor de perder solo el tacon!!!
y no se diga de la verguenza de caminar como cojo
¿Vaselina? ¿Futurama? ¿Estilo?
No hay duda, los modos y costumbres chihuahuenses me extrañan y me intimidan.
veran... la vaselina era para mi pobre pielecilla, futurama me quedaba de paso y eso de las tapas proboco que me resbalara y se me quebrara el tacon. chale
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