las ardillas

Estaba yo en la parada del camión un tanto triste, enojada y deprimida y de pronto vi que algo se movió allá entre las piedras, no me asuste. Me acerque y me sorprendió ver a dos tremendas ardillas cola larga jugueteando entre la basura (por acá es raro verlas, no así en México pues pululan), una de ellas sintió que me acercaba y se detuvo inmediatamente, me vio de reojo, lo se. A mi me provoco una sonrisa y me acerque mas, luego saque de mi bolsa un sugus y se los avente suavecito (si tal cosa se puede hacer), si se lo comió. Un señor paso en bicicleta y me grito; ¿¡se le perdió el perro!? Y yo grite; ¡no, es que aquí hay unas ardillas! (aun no se porque conteste). Y así estaba yo toda babosota viendo a las ardillas y de pronto que pasa el camión, grite, pero correr entre las piedras no fue sencillo, el camión se había ido. Yo me quede ahí, con el frió y las ardillas y mi paquetito de sugus en una mano. ahora me sentía feliz y tonta.